jueves, 15 de abril de 2010

Asesinato de Eugene Terre' Blanche y la situación de los Europeos en Africa Austral.

Eugene Terre'Blanche, asesinado por dos negros en vísperas de celebrarse un Mundial.


A pocos meses de clebrarse un Mundial en Sudáfrica, las noticias sobre el odio racial de negros en contra de los blancos recien se ha conocido por motivo del asesinato de Eugene Terre'Banche perpretado por dos negros que trabajaban en su granja.



Su resistencia y lucha por lo derechos de los blancos en esa parte del mundo no es mas que la continuación de lo que hicieron los portugueses, primeros europeos llegados a Africa. Sin embargo la prensa mundial no vende otra cara de esa población, nos pintan de personas amables a los negros y de ''hospitalarios'', olvidando el tema del odio racial que desde las herejías protestantes hasta ahora no se ha podido dar solución. Un resumen para entender mejor este asunto.



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El África del sur pertenecía al mar portugués. Fue la epopeya de la escuela de Sagres la que contorneó los lindes del planeta tal y como son para el conocimiento de propios y extraños. Fueron los marineros católicos, ya portugueses, ya españoles, ya italianos, los que demostraron el mundo tal y como era, mucho antes de surgir las herejías y los ateísmos diversos.
Acaso porque católico significa universal así es la historia. Así que si alguien hubiera tenido legitimidad en la posesión de aquellas tierras, ésa hubiera sido la gloriosa nación portuguesa que la descubrió para la historia; portando aún el nombre del cabo que con su buena esperanza bordearon para llegar al Oriente.
Así, que los boers miren por encima del hombro a los emigrantes portugueses que descienden de aquellos que llevaron el Evangelio por todas las costas africanas no tiene sentido ninguno y es una injusticia mayúscula. Que recuerden que fue allí donde Vasco de Gama fondeó antes de llegar a la India.

El caso es que el pueblo boer tiene su identidad radicada en el afrikaans, idioma criollo neerlandés, la herejía calvinista y un modo de vida bastante rural, una economía que gravitó en torno a la ganadería, la agricultura, la minería y el comercio. Una economía bastante sencilla y moderada, “pre-capitalista” dicen algunos. Sin olvidarme que los boers no dejaron de usurpar una tierra que ojalá hubiera sido para las quinas de Avís, puedo decir que lo primero y lo segundo me resulta prácticamente odioso, y lo tercero me resulta medio interesante. Los boers (Campesinos en neerlandés, como en alemán es “bauer”) son por tanto “criollos africanos” tras el desplazamiento de los portugueses, cuyas tierras codiciaron sin disimulo.


Lógicamente, el calvinismo, con su histérica prededestinación determinista y bendiciones monetarias, nunca estará interesado ni en la evangelización ni en la interacción cultural; ni tan siquiera en la coexistencia diría yo. Los boers nunca tuvieron interés en ello. También es verdad que estamos en una zona cuasi despoblada, con una población negroide más desplazada por barreras como el Kalahari y sus plagas de mosca tsé-tsé. Barreras naturales que aquellos europoides fueron mitigando con el tiempo. Al igual que en las sociedades anglosajonas, hay algo de mezcla pero no se reconoce, y en este caso, ni por blancos ni por negros. Son los llamados coloureds, mezcla de colonos europeos y de distintas tribus negras. Un “producto humano” sudafricano desde primera hora. Así, se fue formando una sociedad aislada con una identidad marcada, mas dentro de esa identidad, como hemos avisado, subyace un espíritu muerto.


Las convulsiones europeas, rota ya la Cristiandad, van a marcar el aislamiento de los afrikaners, que nacen de esa ruptura que denunciamos, de ese falso “mare liberum” de Grotius. Así, a finales del XVIII, en la Cuarta Guerra Anglo-Holandesa, los británicos van a ir ocupando el territorio, un territorio donde los boers van a cumplir más de un siglo prácticamente como “identidad étnica”. Ya se habían topado con poblaciones de etnia xhosa. Holanda tampoco había vacilado anteriormente en traer esclavos de Madagascar, la India e Indonesia; muchos entrarán en contacto con estos afrikaners. Vamos dibujando cada vez más el horizonte sudafricano, que debemos de extender también hacia la actual Namibia, África sudoccidental, territorio que también conoció los padrões portugueses a los que poetizara Fernando Pessoa en la persona del insigne Diogo Cão.


¿Sólo tiene derecho a emigrar “el de color”? ¿Qué hay de los franceses y españoles en Argelia? ¿Y los italianos de Libia? ¿Otra vez tendré que mentar lo de los árabes con los berberiscos? Así es la memoria histórica, la misma de Zapatero. La misma que se escandaliza por la expulsión de judíos y moriscos pero que aplaude a los islamistas que aplastaron a los cristianos hispanos o a los judíos de ambas orillas del Mediterráneo que a finales del siglo VII pretendieron hacer de Hispania un estado mosaico. El mismo paraíso tricultural subvencionado por nuestros impuestos. La ideologización de la historia en su vertiente más vomitiva.


Distintas tribus negras de muy diversos idiomas y culturas pelean entre sí teniendo sólo en común el odio al afrikaner (blanco nacido en Africa), que es un grupo más o menos cohesionado dentro de ese quilombo que es la Sudáfrica modernísima. Pues muy bien, progresistas de mierda, seguid aplaudiendo, pero al menos, debéis de saber por qué aplaudís....

Dije que España había dado su apoyo total a Portugal en su empresa de cristianizar y colonizar el africa austral....por ellos:



CAPITANES DE AFRICA

Capitanes de África,
abrieron la India,
desde Sagres uniendo,
continentes y albricias,


Y fue Bartolomeu Dias,
y fue Vasco de Gama,
fueron Castro y Albuquerque,
estandartes de una raza,


Fue Diogo Cão,
en los morenos arenales,
Bojador y Buena Esperanza,
lusitanidad a raudales,


Fue Camões y Os Lusiadas,
fue el rey Sebastián,
prolongando desde Ceuta,
la idea de reconquistar

Alcazarquivir como tragedia,
para el lirismo doliente,
de quien bordeó el África,
y llegó al Extremo Oriente,


Fue el encuentro con Magallanes,
sirviendo a la corona española,
las dos iberas patrias,
enseñando al mundo su hora,


Oh capitanes de África,
la savia os brotó fuerte,
de don Enrique y don Manuel,
un trabajo reluciente,


Feliz memoria colectiva,
de un pueblo emprendedor y navegante,
de un pueblo valiente y austero,
con el Evangelio por delante,


¡Oh capitanes de África,
campeones de la Cristiandad,
por ustedes las banderas al viento,
Fidelísimo Portugal! [1]
Nota:
Cortesía de lasantaalianza.blogspot.com

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